Cuando visité Venezuela en 1960, por primera vez, se podían ver las infraestructuras vial y habitacional construidas por M. Pérez Jiménez. Recientemente que estuve en Caracas y estas siguen en pie, pero deterioradas. Hasta hoy no se ha terminado lo iniciado por la dictadura hace más de medio siglo y peor aún mantenidas. Se vivía bien y se trabajaba.
Cuando me formé profesionalmente y trabajé en Venezuela en los años setenta, en la esquina de mi departamento se levantó un paso a desnivel de emergencia bailey, hoy sigue allí. Piero en su canción Caminando por Caracas describe la ciudad de la época democrática. Igual se vivía bien y había trabajo.
La Venezuela que vi hoy con la revolución de la aurora me encontré con el evento de las misiones para los presos. Está misión les da a los delincuentes un sueldo básico al mes. ¿Chévere no…? Otra misión es para las madres solteras por cada hijo, incentivando la reproducción y la repoblación.
Los presos del Rodeo con armas automáticas, donde resultó que el muerto de la revuelta del barrio seguía aún preso. Las invasiones a los edificios en construcción es inverisímil. Inquilinos que no pagan arriendo por dos o más años y siguen ocupando los departamentos gratis.
La sociedad de consumo socialista es increíble, miles de personas pagando con tarjeta de crédito en los mejores centros comerciales; gastándose las misiones en ropa fina y además el dinero que todavía no tienen. Los ranchos de los barrios, símbolo de la pobreza venezolana, en su mayoría tienen TV satelital. Pregunto ¿qué más se puede pedir ahora?, si lo supuestamente ilegal es legal hoy en día.