En los últimos setenta años, no se ha conocido de elecciones presidenciales tan polémicas como las últimas, en que el segundo lugar está tan disputado por la expectativa de encauzar la votación contra un proyecto político que algunos consideran favorable a los intereses sociales y otros califican de lesivo a sus conveniencias, en tales condiciones se agrupan tirios y troyanos, es decir sectores populares especialmente de la Sierra y por otra parte grupos de la elite económica costeña particularmente, llegando al punto de acordar resoluciones que no contempla la Ley Orgánica Electoral, y en derecho público solo se puede hacer lo que la Ley ordena, lo cual debió ser advertido por el CNE cuando se realizó la reunión de los candidatos que disputan el 2do. puesto. En consecuencia, una vez informado de este detalle el candidato de CREO cuestiona tal acuerdo, y la otra candidatura monta en cólera, afortunadamente el feriado posterga reacciones violentas del sector caracterizado por resolver por la fuerza, como el mes de octubre del 2019 y muchas otras ocasiones que han destruido bienes públicos y privados, vías, atacado la fuerza pública, resultando heridos y hasta decesos. El país necesita estabilidad y orden para poder superar los problemas como la pandemia y la crisis económica derivada, pero mientras existan extremos para disputar el poder a fin de favorecer a sectores parciales difícilmente saldremos adelante.