El Gobierno ecuatoriano, en lugar de quejarse y estar hablando -basado en lo que ha pasado en Venezuela y Argentina, básicamente- de “restauración conservadora”, debería hacer algo más productivo: preocuparse más bien de atraer un mayor flujo monetario de inversión privada (nacional y extranjera), porque apenas recibimos un promedio de 500 millones de dólares, cuando países vecinos como Colombia y Perú, captan más de 20 veces que nosotros, alrededor de 15 000 y 12 000 millones, respectivamente (Cepal 2012); gran parte de eso gracias a la minería, la apertura, el libre mercado y la globalización.
El modelo de inversión pública está agotado, ha llegado a su límite (12% del PIB, alrededor de USD 12 000 millones) y cada vez es más costoso conseguir financiamiento (debemos prendar nuestras reservas de oro, debemos pagar tasas de interés más altas debido a nuestro riesgo país), además no tenemos más opciones de financiamiento que China.