“Los pueblos que olvidan su pasado están condenados a repetirlo”
Ecuador y toda Latinoamérica ha recibido con los brazos abiertos a riadas de migrantes españoles y portugueses en muchas ocasiones a lo largo de la historia.
La primera y más traumática fue sin duda la producida por el descubrimiento, conquista y colonización ibérica, aunque también en los dos primeros casos los anfitriones indígenas los recibieron con los brazos abiertos. Sin embargo a cambio recibieron muerte y saqueos por parte de los conquistadores, más bien criminales y ladrones, pues no hubo ninguna finalidad noble en la conquista, solo codicia.
Lo reportó Fray Bartolomé de Las Casas al rey en su “Brevísima relación de la destrucción de Indias”. Las cifras mencionadas por el señor Abella son insignificantes ante la magnitud de la deuda impaga que mantienen y mantendrán España y Portugal con la Patria Grande Latinoamericana por todo el saqueo de sus tesoros y destrucción de sus grandes culturas Inca, Maya, Azteca, etc.
Nos dirán que enseñaron a los nativos los idiomas español y portugués y les contestaremos que no lo necesitaban pues ya tenían el quechua, maya, náhuatl, etc.
Nos dirán que enseñaron el cristianismo y les contestaremos que los nativos Incas adoraban a su Dios Inti (Sol) y eran muy felices. Leamos “Comentarios reales de los Incas” escrito por el mestizo Inca Garcilaso de la Vega para saber de su grandeza.
Nos dirán que llevamos apellidos españoles y portugueses y les contestaremos que la gran mayoría fueron impuestos al bautizar a los indígenas como católicos haciéndolos renunciar a sus originales. A otros aplicaban el apellido del amo español o portugués.
Ante tanta tragedia Quito fue la primera ciudad en dar el primer grito de independencia el 10 de Agosto de 1809, por lo cual fue nominada Quito, Luz de América que condujo posteriormente a las guerras libertarias del yugo español en todo el continente.