Una responsabilidad a medias

Pertenezco a la última generación que pudo acceder a elegir su especialidad en el colegio. Sin embargo, nos fue dada como optativa la opción de elegir a nuestros representantes políticos. Es irónico que se afirme nuestra inmadurez para elegir correctamente una orientación académica, mientras al mismo tiempo nos consideran lo suficientemente maduros como para realizar el sufragio. Para dar un voto consciente, es necesario conocer información completa de cada uno de los postulantes. Admito con sinceridad, que ignoro la mayoría de sus propuestas.

A mis 16 años conozco la realidad de la juventud ecuatoriana. A diario revisamos Facebook, no las firmas que posean tal o cual partido. No quiero generalizar, pues sí hay quienes se mantienen informados. Pero hablo de una mayoría que no está precisamente interesada en estos asuntos. No será lo que todos quieran admitir, tal vez no corresponde a las expectativas sobre este segmento de ciudadanos, pero es la verdad. No se puede entregar responsabilidades a medias. Si alguien es capaz de decidir sobre su país, es capaz de decidir sobre su vida, y con esto me refiero a las especialidades. ¿Por un lado somos niños y por el otro adultos? Nos están entregando una responsabilidad a medias.

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