La mayoría migró por necesidad y pasa momentos difíciles lejos de su patria por situaciones ajenas a su control. Muchos son profesionales preparados o simplemente personas buenas que quieren progresar y sacar adelante a los suyos.
Tuve el agrado de comer en el local de arepas de un buen amigo venezolano en San Antonio, con una sonrisa sirven comida económica y sabrosa de lunes a domingo, hasta las 7 u 8 de la noche.
Ojalá la situación de su país se arregle pronto, mientras tanto bienvenido todo el que quiera trabajar honestamente. Sé que hay un montón de extranjeros repudiables pero ¿qué, aquí no tenemos también un montón de delincuentes nacionales? Estoy seguro de que Dios es padre para todos y que el humano no es bueno o malo por el lugar en el que nació.