Se ha ido el guayaquileño madera de guerrero (1921-2018), ícono de la música nacional, que levantó el coraje, el civismo, la cultura por intermedio de sus letras y músicas en 800 canciones entre pasillos, valses, pasacalles, sanjuanito, danzantes, himnos, marchas, boleros, que nos deja como legado.
Cantante de la ecuatorianidad, creó canciones para muchos lugares: Guayaquileño, Altivo ambateño, Viva Baba, Mi lindo Milagro, Chone lindo, Venga conozca El Oro, Inmortal Pelileo… Enseñó a cantar música nacional a Olimpo Cárdenas y con él formó el dúo Los porteños para recorrer el territorio patrio interpretando populares canciones como Playita mía. Le puso música de pasillo a los versos En las lejanías, de Wenceslao Pareja, y a dúo con Olimpo lo grabó para IFESA (1946); fue el primer disco prensado en el Ecuador.
El maestro Rubira, autor de la letra y música del famoso pasillo Esposa, invitó al entonces joven Julio Jaramillo a grabarlo a dúo para el sello Ónix de Feraud Guzmán; apoyó a nóveles para que cantaran música ecuatoriana y se convirtió en consejero y guía. Cantó a dúo con Gonzalo Vera Santos, Fernando Maridueña, Fresia Saavedra, Pepe Jaramillo. Recibió homenajes en Chile, Perú, Colombia, Nueva York; el gobierno nacional le entregó el premio Eugenio Espejo; la Universidad de Guayaquil, el doctorado Honoris Causa; ingresará al Salón de la Fama de los compositores Latinos de Miami (EE.UU.).