Se mezclaron el agua con el aceite, esta fusión produjo un purgante fétido que invadió y asqueó a un inmenso conglomerado. Inconcebible, social cristianos con el correísmo y otros asambleístas por cierto con poca importancia se enlazaron para demostrar que el odio y muy especialmente la recalcitrante envidia facilitó el paso para una reprochable censurar a la Ministra de Gobierno doctora María Paula Romo. No tengo la suerte de conocerla personalmente, soy un viejo y gusto dar los méritos al que se merece. Su trayectoria y currículo en la política han formado en mí un criterio muy importante; desde su ruptura con el correísmo junto con valiosos ciudadanos, entre estos la señorita Betty Amores cansadas de Correa les condujo a formar un movimiento, creo que se llamaba “La Ruptura de los 21”. Con su inteligencia, sagacidad y su moral bien cimentada han hecho de ella una mujer de gran importancia y valía. La censura a la señora ministra ha quedado como un lNRl de infamia y perversidad de sus detractores.
Por intermedio de este prestigioso Diario le saludo muy cordialmente. Señor Presidente, le faltan seis meses para que entregue su importante mando, raspando un poquito la Constitución como decía el ilustre cinco veces presidente de la república, Doctor José María Velasco Ibarra, debía mantener en el cargo a María Paula Romo por convenir a sus excelentes servicios a la patria.