Felicito al Diario EL COMERCIO por publicar el testimonio de una habitante de Tanlagua respecto de las canteras (18-09-2021). El mío, en calidad de vecino del barrio de Rumicucho, se resume:
La Srta. Periodista cierra el artículo con la afirmación de que en la zona hay 12 canteras “legales”. Si conoce la fuente, debería ponerla en conocimiento ciudadano, caso contrario dejar que la entidad pública correspondiente se pronuncie.
Admira que el horario de circulación de las volquetas sea una atribución del GAD parroquial, cuando es función de las entidades de control, como la Dirección de Ambiente del Municipio, de la Policía Nacional y de los ministerios involucrados.
Las volquetas, según el testimonio, producen micro sismos por la velocidad con la que circulan; levantan polvo en vías de tierra, riegan el material que se desborda así exista lona; generan contaminación por ruido las 24 horas.
No pueden ser legales si están operando junto a centros poblados: Tanlahua, Tanlahuilla, Rumicucho, San Antonio, Caspigasí, Pomasqui.
No pueden ser legales si están violando la Ley de Patrimonio Cultural por hallarse en el área inmediata de la Casa de Hacienda Tanlahua y Pucará de Rumicucho. Igual violación existe con la normativa referente a la Reserva Geobotánica Pululahua y al Bosque Protector Tanlagua.
Finalmente, la ciudadanía debe conocer que el nivel tolerable de material particulado por m³ en el ambiente es de 150 microgramos. En Tanlagua y alrededores las mediciones realizadas registran 6 000 microgramos. Es decir, una verdadera situación de alarma sanitaria que no es resuelta por quienes pueden hacerlo. La ciudadanía deducirá las conclusiones de la incidencia de este aire contaminado en la salud de los habitantes de las parroquias de la Mitad del Mundo.