El señor Fernando Tinajero en su columna del 4 de septiembre, en el Diario que usted dirige habla de la creación de “Agencia de Regulación y Control de la Cultura”.
De acuerdo con la Ley de Comunicación y utilizando mi derecho a la réplica, desmiento esas aseveraciones absolutamente falsas.
Dentro de las deliberaciones y actas de reuniones realizadas para cumplir el mandato constitucional que exige la implementación del Sistema Nacional de Cultura, nunca plasmadas en un proyecto o documento oficial de código o ley, las únicas menciones sobre temas referidos a control fueron las siguientes:
Mecanismo de control de las acciones contra los bienes patrimoniales; control de las normas técnicas, estándares y protocolos para la adecuada prestación de los servicios públicos culturales; control de los bienes y servicios relacionados con el patrimonio cultural; control del buen uso de los recursos, conservación y mantenimiento del patrimonio cultural; control aduanero cuando se presuma que los bienes pueden pertenecer al patrimonio cultural; control de préstamo y devolución de archivos; inspección y control del Estado cuando se trate de regular los programas de investigación arqueológica y paleontológica así como la remoción de tierras que pueda implicar riesgo a yacimientos arqueológicos; control de actividades técnicas y comerciales vinculadas al patrimonio cultural; coordinación con las demás instituciones de control y seguridad para supervisar la salida del país de los bienes del patrimonio cultural (tráfico ilícito de bienes culturales y/o patrimoniales); y control de monumentos y sitios de interés público pertenecientes al patrimonio cultural del Estado.
Si no estuviera establecido el Control en una ley o código de Cultura y Patrimonio las mafias internacionales dedicadas al tráfico ilícito del patrimonio cultural y sus cómplices nacionales actuarían con absoluta impunidad.
Es una patraña lo que han contado al señor Tinajero. Quien sabe con qué intenciones. La Constitución del Ecuador aprobada, entre otros votos por el mío, dice en el art. 378: “El Estado ejercerá la rectoría del sistema (nacional de cultura) a través del órgano competente, con respeto a la libertad de creación y expresión…”.
De manera pública afirmo que soy un ferviente defensor del derecho a la libertad para la creación artística y cultural. Creo que las personas deben gozar de toda la autonomía e independencia para crear, poner en circulación y acceder a los bienes y servicios culturales. Al Estado le corresponde establecer políticas públicas para garantizar este y otros derechos con equidad y sin discriminación.
También, defiendo mi derecho a la honra y buen nombre, y hago mías todas las garantías constitucionales y legales que me asisten.
La política de este Ministerio es abrir las puertas a los más variados sectores culturales y estimular su participación a nivel nacional e internacional.La reingeniería del Sistema Nacional de Cultura, exige una articulación de todas las instituciones y que dejen de lado canonjías consagradas. Por ejemplo, solo la Matriz de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión se lleva el equivalente al presupuesto de los 23 núcleos provinciales.
Desde el Ministerio de Cultura y Patrimonio cumpliremos el mandato constitucional de establecer el Sistema Nacional de Cultura. Cuando se quiera discutir sobre propuestas e ideas, no sobre rumores malintencionados, las puertas del Ministerio estarán totalmente abiertas.
Nota: La ley mencionada no contempla la réplica para los artículos de opinión, pese a lo cual, EL COMERCIO publica esta carta.