Indudablemente el Ecuador para su desarrollo en libertad y con justicia social requiere de un sistema universitario tanto público como privado de excelencia y calidad. Algunos cambios realizados por el actual Gobierno son necesarios, como el registro, acreditación y evaluación de las instituciones de educación superior, asà como el cierre de las entidades que estafaban. Sin embargo, existen errores monumentales, como el unilateralismo en la toma de decisiones por parte de los intelectualoides de la Senescyt, la falta de una asociación estratégica entre el Estado, las universidades y las empresas privadas, el desarrollo de un sector productivo tecnológico no extractivista que genere puestos de trabajo que se necesitarán con la inserción de miles de jóvenes al mercado laboral y la creación de centros técnicos de capacitación para los que desean una educación práctica no universitaria. Solo asà se producirá un verdadero renacer universitario en beneficio de la patria.