El Municipio de Quito debiera regularizar para servicio de taxi a todos los vehículos sedán que hubieren sido matriculados por la ANT para servicio particular de pasajeros.
El número de taxis sería regulado por la oferta y demanda, lo que haría que cada quien decida hasta cuándo trabajar en el taxismo, y por una renovación del permiso para quienes tengan buena conducta en la vía -incluyendo el no amotinarse para asistir a algún compañero por la causa que sea- buen trato, velocidad y honestidad en la ruta tomada. No cabe nunca más vehículos ‘piratas’ libre y aprensivamente circulando, por el peligro de abusos y delitos bajo su anonimato. Cada usuario calificaría su excelente, bueno o mal desempeño a través de un dispositivo electrónico y la EPMMOP decidiría anualmente si el permiso a la persona sería o no renovado. Conductores con vocación serían premiados por su profesionalismo y buen servicio.