Los últimos acontecimientos vividos obligan a una reflexión profunda, para llegar a un cabal conocimiento de lo ocurrido. Los hechos y resultados analizados deben indicar las acciones urgentes a tomar para la protección de la sociedad y salvaguardar el futuro. Doce días de caos, violencia y vandalismo sacudieron las estructuras institucionales.
Esta expresión de furia ha servido para constatar que no se ha adelantado, se ha retrocedido, una demostración del atraso y subdesarrollo nacionales. Hay que enderezar las formas y maneras de comportamiento. Intolerables los actos realizados porque se ignora el significado de convivencia, de reclamo, de protesta, de marcha, de justicia. Hay que recuperar la dignidad, sentir el orgullo histórico, vivir la democracia, superar estas situaciones duras y fortalecer la esencia básica de la razón de ser.
El cumplimiento de este enunciado exige educación y autoridad. Educación de calidad con instrucción científica y formación en valores. De nada sirve incrementar la infraestructura cuando avergüenzan los resultados de evaluaciones en lenguaje, matemáticas, ciencias sociales por las pésimas calificaciones obtenidas. Hábitos y virtudes desconocidos. Autoridad quiere decir potestad, facultad, mando que reviste a personas e instituciones en el ejercicio del poder. Ha causado asombro ver a miembros de las FF.AA. y de la Policía humillados y sometidos. Quito y Pichincha carentes de liderazgo. El Gobierno sin esta facultad es víctima de grosera imposición con amenazas y chantajes.
Luis A. Herrera H.