Luego de iniciada la reestructuración de la justicia, como se dispuso en la consulta, sus integrantes tienen una tarea no menos que monumental, incidir en dos años en ese campo lleno de miserias, injusticias e intereses creados como es la justicia, renovarla y darle probidad resulta muy complejo y complicado; los integrantes responsables de esta colosal función deben contar con todo el apoyo ciudadano y nadie debe pensar ni de lejos que se esté haciendo una Corte de Justicia a la talla del oficialismo, la Fiscalía, Judicatura y jueces deben ser observados y aquilatados con rigurosidad, la reorganización debe ser radical, esta tarea implica incorporar avances tecnológicos, técnica documental, sentido moral del deber, ética profesional que pasa por el rediseño infraestructural de cárceles hasta los juzgados. El hacinamiento y mezcla de presos es inhumano, tanto o más grave que la impunidad. Si el delito se ejecuta en la calle no es menos cierto que cuando está encarcelado se deteriora en todo sentido con la prisión. El país, creo yo, espera que las investigaciones sean serias, que afecten, sancionen y juzguen a los verdaderos culpables de delitos y no solamente caigan los de siempre, “los de abajo”, que los jueces tengan la probidad basados en análisis psicosociales y legales, jamás en intereses materiales económicos o grupales. Volvamos a creer en la justicia, es nuestro derecho como país.