Contra viento y marea los revolucionarios quieren enmendar la Constitución para imponer la reelección indefinida, profundizar el control de los medios de comunicación, convertir a los militares en policías y hasta imponer el cobro de la plusvalía por cualquier obra que haga el Estado. Nos quieren convencer que será el pueblo quien decidirá en las próximas elecciones si continúan o no nuestros salvadores; lo que no aceptan es que la Constitución elaborada por ellos obliga a que el pueblo tiene que ser convocado a referéndum “antes” para decidir si acepta o no la reelección indefinida. Acostumbro escuchar las entrevistas en los canales de televisión independientes; los conocedores de la materia explican con claridad que la reelección indefinida no se puede hacer con enmienda porque atenta contra la democracia, porque no está de acuerdo con el sistema republicano y porque modifica la estructura del Estado y sus elementos constitutivos; en cambio los asambleístas revolucionarios eluden las preguntas o esgrimen argumentos que no guardan relación con el tema. Personalmente creo que no se puede enmendar la Constitución simplemente levantando la mano u oprimiendo un botón sentado en una curul para cumplir una orden superior. Hay que cumplir con lo que dice el art. 442 de la Constitución en la parte que dispone que: “El proyecto de reforma se aprobará por la Asamblea Nacional. Una vez aprobado el proyecto de reforma constitucional se convocará a referéndum dentro de los 45 días siguientes”.
Al parecer el Presidente y sus revolucionarios tienen miedo de consultarle al pueblo soberano después de la derrota que sufrieron en las ultimas elecciones.