Dos personas heredan la misma cantidad. La una trabaja, siembra y cosecha. Con el tiempo sus hijos tienen algo para heredar. La otra se compra un avión, dos aviones, viaja con 40 amigos, no repara en gastos y al faltar se endeuda.
De herencia para sus hijos, no queda nada. Ahora los redistribuidores nacionalistas desean equiparar a los que han hecho país con los que se han gastado el país y eso no puede ser. El fruto del trabajo de una persona, que es la herencia, debe ser valorado, protegido y no redistribuido. Mi voto, un voto, por la revocatoria, por la no reelección permanente.