Es muy encomiable la defensa que, directa o indirectamente, están realizando de la fiesta brava en Quito, con motivo de los aciagos acontecimientos que son de dominio público. Solamente una lucha frontal en contra de los que quieren abolir las tradiciones que, para bien o para mal, heredamos de los conquistadores, el idioma y la religión católica por ejemplo, hará posible que se respete la libertad de escoger lo que nos agrada y no ser agredidos por quienes pretenden imponer su criterio y voluntad.
Pues en esa defensa, en la página 13 de la edición del 5 de diciembre, en las fotografías antiguas bajo el encabezado: “Segundo año…”, se desliza un error, ya que la segunda fotografía que pretende ilustrar las fiestas de Quito, corresponde a la Feria de Ambato de 1991, con El Yeyo, Niño de la Taurina, Luguillano, Marín, Barona, Cobo y otros. Tengo los carteles, las entradas y los autógrafos para probarlo.