Los tentáculos de los capos están tomando cada día más fuerza, estamos sorprendidos ante tanto descaro; no solo están en las distintas esferas sociales sino también en todos los rincones de la patria.
Sin la más mínima consideración hacia el prójimo, se acrecientan como plagas y por más esfuerzos que hagan las autoridades para erradicarlas, siempre reaparecen con nuevos focos de elaboración, distribución y consumo de drogas. Lo más grave es que se está usando a niños para proveerles y difundirla en escuelas y colegios. Necesitamos mano dura y desecharla de raíz, y si los culpables son severamente castigados la justicia sería otro cantar. Recapaciten políticos, hace falta decisión para elaborar leyes relevantes en nuestra historia y así exterminar las mafias, lo cual podría dar frutos a la vuelta de la esquina.