Los propietarios y vecinos de los alrededores de Tumbaco se reunían a conversar de agricultura y de los incendios: el genealogista Luis Stacey-Guzmán, el sabio Nelson Aníbal Núñez, el Dr. Jaime Rivadeneira, Alfonsito Peñaherrera, Rafael Dávila, el Dr. Andrade y más. Conversaban que en agosto hay que ramear con machetes los chamizales altos y dejarlos en 20 cm. Sobre todo cerca de las casas, se establecía un resguardo de seguridad, se defendía otras plantas o sembríos, para evitar que sean arrasados por el fuego inevitable en el verano. Se especula mucho sobre los incendios, pero yo los he visto siempre. Con o sin la malévola intervención del Municipio que nada autoriza en el valle. ¿Por qué, qué esperan?, ¿tal vez una hecatombe urbanística?