El desarrollo de Quito, como capital de los ecuatorianos, ha sufrido una pésima gestión de su actual alcalde, con un 75% de desaprobación y un casi 80% de quienes no le creemos, según un excelente artículo de José Hernández en Cuatro Pelagatos. Quito ha crecido en todas sus direcciones que es necesario que desde la Presidencia se tome medidas urgentes para que nuestra hermosa ciudad no colapse. Quito necesita más de un alcalde, Sr. Presidente, tome medidas urgentes. El norte crece, los valles avanzan, el sur se desarrolla intensamente. No existe una planificación pensada y a largo plazo. Un solo alcalde, como el actual y con concejales que poseen animadversión y bloquean todo proyecto de mejoras para la capital, los quiteños viviremos un viacrucis cada vez más intenso y en todos los ámbitos. La percepción ciudadana es, en todo sentido, que la administración municipal sigue en picada, sin innovación, sin dinámica, con alta rotación en los cargos directivos del gobierno municipal. Esto nos revela que nunca contaron con los cuadros políticos y técnicos suficientes para afrontar el reto de conducir la capital. Obras emblemáticas ausentes, error en anclar la gestión del burgomaestre al Metro, una falta de una posición enérgica del alcalde y sus concejales frente a las mafias que gobiernan el transporte público, con disputas por espacios de poder, intereses y pretensiones de los buseros y taxistas, estos últimos en demasía, una publicidad innecesaria, saturándonos a los quiteños de mensajes repetitivos y con poco contenido, la aparición de escándalos de corrupción en diferentes instancias y actores vinculados a la administración municipal, sin contundencia en las decisiones del alcalde para proyectar una imagen pública de lucha abierta contra este mal, son una dura realidad que requieren un saneamiento urgente. Los problemas están creciendo cada vez más, como la recolección de basura, una ciudad de cemento y sin espacios verdes y áreas infantiles adecuadas, urbanizaciones que posiblemente no tengan los permisos respectivos, parterres llenos de basuras en lugar de las maravillosas flores que Quito posee, ventas ambulantes por doquier, mendicidad, inmigrantes con sus carteles de auxilio y que no han logrado ser reubicados ni han recibido la ayuda necesaria. Como otras grandes ciudades del mundo, Quito necesita dos o tres alcaldes, jóvenes, dinámicos, intachables, conocedores y amantes de su ciudad, que pongan todo empeño para hacerla florecer, que tengan metas y proyectos claros.
Quito necesita concejales que velen por el bienestar capitalino, con conocimientos, sin improvisaciones y sin mezquinas ambiciones. Quito se merece mejores administradores municipales, los quiteños nos merecemos vivir con respeto, con seguridad, con tranquilidad.
Quito exige mejor administración. Sr. Presidente, los quiteños estamos pendientes de sus decisiones!!