¡Quiteños estancados!

Ahogados inmisericordemente en un tránsito lento, pesado, casi estático, se desenvuelve el transporte de niños, mujeres y hombres a sus sitios de estudio o trabajo y cuando retornan a sus hogares. Para solucionar esta situación el gobierno municipal no pensó en puentes elevados, deprimidos, intercambiadores y otras obras que recomienda la ingeniería, tal como lo hizo Guayaquil, y en actitud irónica nos dio pico y placa y contraflujos; y en una manifestación de sadismo nos quiere imponer la ciclovía a una población que carece de vocación ciclística, como si lo hay en Colombia, y sin estudios previos y serios que abonen al proyecto. Ahora es un vía crucis donde el conductor se ve obligado a invadir la susodicha vía, generalmente desocupada; el ciudadano se ve impelido a violar normas. Resultó un fracaso total para la circulación, en beneficio de "nuevos pelucones" e inalcanzable para el "vulgo pueblo". El efectivo proyecto del Puente Monjas-La Vicentina feneció por falta de gestión. Pasada la "algarabía" del nuevo aeropuerto, volvemos a lo mismo... vialidad miserable y de "yapa" inseguridad atroz. 

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