Quiteño de nacimiento
Soy quiteño de nacimiento y amo profundamente a mi ciudad, la misma que ha abierto la puerta a muchos ecuatorianos oriundos de otros lugares y que viven o vivían en la “carita de Dios” tranquilos y felices. En este contexto hemos tenidos alcaldes brillantes: honrados, trabajadores, responsables, dignos de la confianza de sus electores.
Lamentablemente, en estos días ese sillón municipal es ocupado por un ciudadano acusado de muchas irregularidades, que la justicia debe probar y sentenciarlo o liberarlo, pero luego de un proceso jurídico transparente y sin mañoserías. Como si esto fuera poco, se suma la denuncia del tráfico de influencias de su hijo que se ha aprovechado de la situación de su padre para realizar o intentar realizar negociados. En otros tiempos, por dignidad, ese alcalde hubiera puesto de inmediato la renuncia; pero, en la actualidad desea seguir “trabajando” con el respaldo de un grupo de concejales de cierto partido político que dice combatir la corrupción, ¿quien les va a creer? si muchos de sus dirigentes, se encuentran encarcelados o prófugos. Devolvamos a nuestra querida ciudad el respeto que se merece. Lo pedimos, lo exigimos los quiteños de nacimiento o de corazón.