Discrepo con Jaime Ordóñez, quien sostiene que el proyecto de reducción a la jubilación de la mujer a los 55 años desfinanciaría al Instituto de Seguridad Social. Al contrario, lo que verdaderamente representa un riesgo de desfinanciamiento es la actitud sumisa del Director del Instituto, al prestar alegremente al Gobierno los dineros de los afiliados y cobrar en bonos, y la política irresponsable y populista de otorgar préstamos hipotecarios a diestra y siniestra a la nueva legión de burócratas dorados de la revolución.
El autor de la carta también ignora que la mayoría de mujeres mucho antes de llegar a los 60 años, ya han sido despedidas de sus puestos de trabajo por la lógica preferencia de los patronos a la gente joven, y creo que es de suma justicia que por motivos de desempleo, de cansancio, o de enfermedad, se la permita acogerse a una necesaria jubilación completadas las 360 aportaciones.
El proyecto no solo que es justo sino viable financieramente, bien se lo podría analizar en un mayor contexto a fin de incluir también a los hombres, que en una gran mayoría desempleada y subempleada, se ven forzados a seguir cancelando al Seguro una cantidad correspondiente a la jubilación voluntaria hasta cumplir los 60 años, a fin de no perder sus derechos.
Esperamos se debata el proyecto con justicia, objetividad y reconocimiento.