Está a pocos meses de terminar la gestión del alcalde Rodas, y si bien ha hecho obras, como la del metro -que de hecho es la de mayor relevancia de su administración- y la continuación de la Simón Bolívar, por mencionar un par de obras, en materia de control medioambiental no ha habido ningún avance.
Buses, busetas, de transporte público y escolar son los que más contaminan; no existe un control permanente a fin de que los propietarios de estos vehículos mejoren su estado. Lo mismo pasa con el ruido. Por ejemplo, en Carcelén Alto es insoportable el ruido que generan los vehículos distribuidores de gas: utilizan la bocina, el pito del vehículo y al mismo tiempo la música.
La Agencia Metropolitana de Control Norte no ha hecho nada al respecto, esto es, que estos vehículos distribuidores de gas utilicen solo la música.
El próximo alcalde capitalino deberá tomar en cuenta estos aspectos a fin de mejorar la calidad de vida de los quiteños.