Soy un lector permanente del diario, desde que yo estaba en el Colegio. Todos los días, terminadas mis tareas de estudiante, leía con mi padre, al regresar de su trabajo. Particularmente, las ediciones del primero de enero de cada año casi eran estudiadas y no solo leídas, por ello lamento la “poca investigación” que se está incluyendo, de un tiempo a esta parte y no solo en las ediciones especiales de fin de año.
Es que hoy, la proximidad de las elecciones generales merece, necesita, contar con una enciclopedia política y económica que oriente a la ciudadanía con la madurez que EL COMERCIO siempre lo ha hecho, sobre todo ahora, en que las jornadas electorales se han convertido en burdos enjuagues de mercenarios o aventureros “dueños” de electores inocentes que van a inmolarse como si se tratara de una fiesta, según lo sostiene el filósofo José Ingenieros.
Esperemos que, en lo posterior, se llene este tremendo vacío. El País lo necesita.