Si bien acabamos de vivir una abrumadora y cansona propaganda por la campaña electoral reciente, de los innumerables candidatos a las diferentes dignidades que teníamos que elegir para los próximos 4 años; en la que los ofrecimientos iban, como sabemos, desde la extorsionadora oferta de entregar 1000 dólares a sus votantes, hasta ofrecimientos de la honradez hasta lo inimaginable; lo que lograron fue saturar al pensamiento nacional de una propaganda voraz por todos los medios visuales. Pero bueno … Esto ya pasó,… a Dios gracias.
Sin embargo; nos llevan otra vez a una peregrinación de reiterativas propagandas televisivas de un Gobierno que ya acaba; sobre lo que se están haciendo o han hecho; al final de un recorrido de trabajo por el cual, se comprometieron a cumplir y que ya finalizan.
Sabemos que el nivel de aceptación popular al Gobierno actual ha ido en franco declive, hasta llegar a límites no imaginables. La pregunta es: ¿Con esto se va a llegar a subir la calificación que desde la primera autoridad hasta la última, se deja como legado de estos cuatro años de Gobierno? La respuesta es no.
Con esta vorágine de dadivosos mensajes, se está incumpliendo la enseñanza de un pasaje bíblico que indica: “no permitas que vea la mano izquierda, lo que hace la mano derecha”.
Todo esto para llamar la atención a los encargados de tales propagandas que, ¡ ya basta!; y que dejen a la historia que sea la que juzgue en el futuro y califique de buena o mala a las gestiones del Gobierno y así evitar tanta inducción.
Que la ingente cantidad de dinero, que se malgasta en propaganda; se convierta en entregas silentes de alimentos a las personas que por el momento se han vuelto más menesterosas o que este gasto innecesario se ejecute en compra y entrega de vacunas para más habitantes en nuestro país.