A los profesores jubilados de la Universidad de Guayaquil, este Gobierno les ha tratado muy mal. A los docentes universitarios jubilados en los años del Gobierno actual no se les cancela la compensación económica por años de servicio. Ni se les pagó completo lo establecido en la disposición transitoria vigésimo primera de la Constitución, aprobada en el 2008.
Es denigrante y doloroso ver que a maestros, que dieron su vida y conocimientos para formar varias generaciones de profesionales, se les hace repetir la entrega, varias veces, de la misma documentación para el pago de la compensación referida.
Se les exige, cada vez nuevos requisitos, sin consideración alguna, como pretexto para retardar la obligación establecida en los arts. 128 y 129 n de la Ley Orgánica de Servicio Público.
El colmo llegó, hace dos semanas, cuando tras años de injusta espera, se dijo que por incumplimiento del gobierno, este pago solo se hará a los jubilados en estado terminal o con enfermedades catastróficas. Al mismo tiempo, la Comisión Interventora informaba, falsamente, mediante volantes, haber pagado a “los jubilados (que) pasaron años y años sin cobrar los valores que por ley les correspondían”.
Con indignación veo lo que acontece en Yachay, con profesores nuevos, nacionales y extranjeros. Cobran sueldos jamás imaginados por los profesores de todas las universidades ecuatorianas. Incluso pueden ejercer sus cargos a tiempo completo, desde California. ¡Qué ironía e irresponsabilidad!