En nuestra ciudad, a diario, vemos la basura en las veredas, parques, alcantarillas, o esparcida fuera de los contenedores, si bien es cierto que existe una falencia en la administración de Emaseo, el verdadero problema al cual debemos prestarle atención es: las malas costumbres de los quiteños y quiteñas. El problema en sí es grave, no solo por el mal aspecto que da, si no por las afecciones a la salud que puede causar. Es un tanto lógico pensar que las autoridades municipales deben solucionar esto, hay que tomar en cuenta que para solucionarlo debe haber colaboración de ambas partes.
Se debe concientizar a la ciudadanía para dejar atrás las malas costumbres: sacar la basura fuera de los horarios de recolección o colocarla en sitios que no están destinados a dicho propósito; hay que dejar atrás la idea de que cuando la basura está fuera de casa, ya deja de ser su problema. Todos queremos un Quito limpio y bonito, si todos colaboráramos, seguro habría un gran cambio.
Mónica Pamela Alajo Ruilova