Después del incidente en las oficinas de Charlie Hebdo, preocupa que pocos autores de opinión en EL COMERCIO señalen sin disimulo el problema de la religión. En la edición del 11/01/2015, el Sr. Vela Descalzo sugiere que son intereses territoriales, económicos y políticos las causas del yihad. El Sr. Maldonado Albán propone que el fanatismo y su violencia están en el miedo a la libertad. Es difícil aceptar que un sistema de creencias que insiste ser fuente de paz genere odio y muerte. Sin embargo, en ausencia de fe no habría sido posible que Mohamed Atta y su equipo secuestren aviones y se inmolen junto a miles de inocentes. Sin fe, que nos identifique como grupo y al resto como apóstatas, no habría motivos para asesinar a un grupo de periodistas que hacen dibujos. Más allá de asuntos reales, como economía, territorio o libertad, está la fe que demanda escisión con lo terrenal y en consecuencia con lo natural y razonable. ¿Cuándo la razón desplaza en parte al espacio de la fe hay moderación?