Primera línea

La actual situación y a las puertas de un proceso electoral en el que se renovarán autoridades, nos debe invitar a la reflexión de lo que realmente queremos en los próximos cuatro años.

El gobierno de Correa que es el único desde 1979 que tiene seis años en el poder, que ha gobernado con una Asamblea de mayoría, sin partidos políticos, con un precio del petróleo promedio de USD 100 el barril, y sin embargo, no ha podido cumplir todos sus objetivos en materia de seguridad, salud, educación, medioambiente, entre otros. Si bien tenemos una buena política vial y se ha trabajado en materia de reconstrucción de ejes viales en el país, la intolerancia del Mandatario ha llegado a niveles insoportables y que han destruido la institucionalidad del país, con la complicidad de izquierdistas arrepentidos como el señor Acosta y su combo, que ahora pretenden bajarse de la camioneta del correísmo, cuando fueron parte de ella en la Asamblea de Montecristi actuando de una manera muy parecida al Presidente a quien hoy critican, solo por resentimientos.

A estas alturas el Presidente no va a cambiar sus políticas por lo que no nos queda a los ecuatorianos otra cosa que escoger una persona que garantice la reconstrucción de la institucionalidad perdida, la recuperación de la democracia y la continuidad de políticas sociales en las que hayan existido aciertos como la Misión Manuela Espejo.

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