La Presidencia de la República tiene en su organización, entre otros miembros, a un oficial General (Jefe de la Casa Militar) y tres edecanes (uno por Fuerza). En este último período hemos visto que el General que debería comandar (administrativa y operativamente) los elementos de las FF.AA. y la Policía, que conforman la seguridad del Presidente, se ha empleado dentro y fuera del país en diversidad de tareas, sorprendiendo a quienes conocen del tema que le quede tiempo para cumplir su función específica. En el caso de los edecanes, a lo largo de estos 9 años, el Presidente no respetó la reglamentación en cuanto al tiempo de cumplimiento de la función (2 años) y en algunos casos al grado que se debe ostentar para cumplir esta función (Teniente Coronel). Todo esto con el consentimiento de los mandos militares.
Por ello no sorprende este último desplante que el Presidente hace a las FF.AA. al eliminar la función de edecán en la Presidencia, lo cual es coherente con la práctica del populismo que desprecia la normatividad y la tradición en beneficio del cumplimiento de sus objetivos políticos.