El presidente del Ceaaces

Me dirijo con referencia a la carta suscrita por el Sr. Larreátegui, rector de la UDLA, en relación con los procesos de evaluación institucional. Siendo nuestro Consejo una institución del estado que toma todas sus decisiones con estricto rigor académico, no acostumbramos responder a una carta llena de adjetivaciones infundadas, empero resulta necesario hacer algunas precisiones para que la ciudadanía conozca que en ella hay graves faltas a la verdad, tal como paso a demostrar:

Es falso que el Ceaaces establezca un “Ranking” de universidades, y menos “bajo un modelo matemático único”; nuestros resultados establecen, por mandato de la ley, agrupaciones de las Instituciones de Educación Superior (IES) en función de su desempeño académico, las cuales corresponden a categorías, pero no se estructura ranking alguno. Desarrollamos, con fundamentos teóricos internacionales, y en base al conocimiento de nuestra realidad, diversos modelos de evaluación, que incluyen instrumentos matemáticos para determinar el desempeño de los organismos evaluados.

Se falta a la verdad al afirmar que solo se considera la cantidad de artículos y no su calidad; de hecho, la evaluación incluye el nivel de prestigio de la revista que publica el artículo. En el caso de los títulos de PhD, en el indicador ‘Posgrado en Formación’ no valora únicamente su número, sino aquellos que constan en una lista rigurosa estructurada por la Senescyt.

Es falso que hayamos introducido alguna “variable desconocida al final del proceso”. Las variables e indicadores con sus respectivas ponderaciones fueron discutidos, socializados y resueltos antes de empezar la evaluación.

Varias universidades han reconocido públicamente que la categorización les permitió advertir deficiencias y fortalezas; en efecto, en este proceso voluntario la mitad de ellas subieron de categoría, incluida la propia UDLA. Nuestra evaluación no impone un modelo de universidad, pues ello es competencia propia de cada IES.

El Ceaaces reconoce el esfuerzo realizado por la UDLA al obtener una acreditación internacional. Pero es necesario advertir que esta acreditación (por WASC) no establece agrupación o clasificación alguna; si se revisa el listado de las universidades acreditadas por WASC se advierte que hay desempeños muy disímiles entre ellas.

El Sr. Larreátegui vuelve a faltar a la verdad al afirmar ser la “única universidad ecuatoriana que ha logrado, hasta hoy, acreditar internacionalmente sus carreras de pregrado”. Entre la comunidad universitaria del país habrá causado sorpresa esta afirmación que es, de nuevo, falsa. Son varias las universidades que con esfuerzo han obtenido acreditaciones de sus carreras con instituciones de prestigio mundial.

Afortunadamente, son pocas las voces que desde ópticas diferentes al rigor académico han objetado el trabajo del Ceaaces. Sabemos lo complejo de nuestra tarea, desarrollada en conjunto con la comunidad académica, en este proceso irreversible de construcción de la cultura de la calidad.

Para terminar quiero refrendar lo que, con precisión, señala el Editorial de su periódico del 24 de mayo: “A pesar de los reparos que generó y pudiera seguir generando, la evaluación de los centros de estudios superiores persigue mejorar la calidad de la educación de pregrado y posgrado”. 

Francisco Cadena Villota, Presidente del Consejo de Evaluación, Acreditación y Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior – Ceaaces

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