Sr. Presidente, los manabitas hemos estado acostumbrados toda la vida, no solo en su gobierno, a oír promesas que no se cumplen.
Cuando nos ofreció la refinería del Pacífico tuvimos gran expectativa de progreso y aunque muchos no estuvimos de acuerdo, aceptamos porque pensamos que con el petróleo a un precio tan alto, esta iba a ser una obra redentora no solo para Manabí sino para el país entero, pero ¿qué paso después?, se murió Chávez el socio mayoritario y su heredero terminó de hundir a Venezuela; el precio del petróleo bajó en picada, usted se concentró en las hidroeléctricas a tal punto que casi nos obligó a tener cocinas de inducción.
Se gastaron millones, se contrataron miles de empleados y después de haber transcurrido años vimos que solo se había hecho limpieza del terreno y alguna que otra obra en la tan nombrada refinería. Ahora quiere endeudar más al país para terminar esta refinería que no servirá para nada. Da pena decirlo, pero refinar petróleo ya no es una prioridad para el Ecuador y es mejor invertir los pocos recursos que tenemos o que nos prestan, en obras realmente necesarias dentro de la escuálida economía que vivimos.
Si realmente quiere demostrar que hace obra en Manabí, ayúdenos con el aeropuerto “internacional” de Manta que quedó destruido después del terremoto y el Puerto de transferencia que también nos prometió, pero que usted prefirió cederlo a Posorja.