A diario somos testigos de cómo el mundo se hunde en basura, desechos de todo tipo y gases contaminantes, y ante ello murmuramos y buscamos culpables sin darnos cuenta de que somos los grandes culpables de la extinción del planeta. Compramos en exceso cosas innecesarias que pronto quedarán rezagadas en algún cajón o bodega; nos importa poco o nada la cantidad de plástico que usamos como envases innecesarios, envoltorios de alimentos, entre otros. ¿Podemos dejar la indolencia y hacer algo que realmente impacte positivamente? Un par de acciones individuales o familiares, concretas pero tajantes ayudaría mucho. Pensemos qué hacer para ser parte de la solución y dejemos la indiferencia.