Al igual que yo, a muchas personas y sus familias nos ha costado mucho volver a los bancos, luego de la crisis de 1998 y depositar nuestro dinero ya sea en cuentas corrientes o de ahorros.
Muchas ilusiones y sueños se derrumbaron en ese entonces. Actualmente, hemos vuelto a confiar y nuestros pequeños capitales los hemos venido cuidando como verdaderos tesoros. No podemos permitir que esto nos vuelva a ocurrir. Los ciudadanos y ciudadanas tenemos derecho de conocer qué va a ocurrir con nuestro dinero y el Gobierno debe informarnos con toda transparencia lo que hará al proponer y aprobar el nuevo Código Monetario.