Médico alergólogo, profesor universitario, investigador, científico, historiador, periodista, escritor, diplomático, hombre de brillante intelecto y de inclaudicable convicción política y ética profesional. Nació en Ambato, tierra de noble y fecunda estirpe cultural y humana, es un orgullo de la provincia de Tungurahua y del Ecuador entero, su incansable trabajo y sus obras en el transcurso de siete décadas, son el
legado más valioso que ha dejado a las actuales y futuras generaciones que seguirán nutriéndose de sus enseñanzas, de sus consejos y de sus doctas experiencias. Yo fui su alumno en la Facultad de Medicina de la Universidad Central y más tarde su colaborador en el Ministerio de Salud, cuando fue Ministro del ramo, además de colega y amigo que siempre admiró su talento y gran don de gentes, he aprendido tantas cosas buenas que han dignificado mi vida profesional y pública. Su afición por el periodismo investigativo en varios campos de la Medicina y Farmacología, salud, nutrición, alimentación y acción social y comunitaria ha sido notable por medio de sus columnas periodísticas semanales en los diarios EL COMERCIO y El Universo, a más de artículos de esta misma índole en revistas nacionales y extranjeras que han sido una fuente de estímulo permanente para actualizarnos y motivarnos a escribir comentarios y
notas de opinión en periódicos de nuestro país. Ahora que -a sus 91 años- nos ha dejado, queremos decirle gracias y que honraremos su memoria con amor, lealtad, fe y patriotismo. Paz en su tumba.