Plaza Maldonado, Riobamba

La plaza Maldonado de Riobamba tiene un atractivo y un encanto excepcionales con los campanarios y el frontis de su singular catedral, el bello monumento a su hijo más ilustre, sus fuentes y jardines y, especialmente, su bellísimo entorno arquitectónico con portales, galerías y balcones que evocan épocas de esplendor.

Es la característica plaza Mayor que España implantó en sus colonias americanas, a partir de la cual se trazaba y desarrollaba la ciudad; y, además, a su alrededor se emplazaban las sedes de los poderes político y religioso, como podemos ver en la plaza riobambeña: el Municipio, la Gobernación y la Curia. Me encanta esta bella plaza y su catedral cuyo frontis, de estilo barroco mestizo, es un prodigioso ensamblaje de piedras recogidas de varias iglesias de la antigua Riobamba, destruida por el terremoto del 4 de febrero de 1797, y trasladadas a esta maravillosa planicie cercana al Chimborazo para armar este gran templo.

Es grato a la vista el soberbio monumento a Pedro Vicente Maldonado, inaugurado en 1927, diseñado y construido por el arquitecto de origen italiano, Francisco Manuel Durini, cuyos bronces: estatua, cóndor, esfera y bajorrelieves fueron fundidos en Italia por el escultor ecuatoriano Carlos A. Mayer. La belleza de sus palacetes, edificados a finales del siglo XIX y en las cuatro primeras décadas del siglo XX, la convierten en una de las plazas más lindas de Ecuador, razón más que suficiente para que el Municipio la conserve con esmero; pues, están pendientes, todavía, obras para que luzca espléndida. Lo negativo ahí es que hay una gran casona cuya cubierta está hundiéndose (donde anidan cientos de palomas que la afectan mucho más) y que su dueño no hace nada por conservarla. También son visibles grandes deterioros en muchos inmuebles patrimoniales cercanos.

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