Plantones y manifestaciones
Soy una ciudadana a la que le preocupa el rumbo que va tomando mi patria y, por ende, el futuro de nuestros hijos y nietos en cuanto a la vida que tendremos los ecuatorianos en poco tiempo. Al paso que vamos, lo que veo es un país igual a la querida Venezuela, donde el Estado absorbió todo, desde las empresas, los recursos y hasta las conciencias porque ya no hay nada que se pueda decir “esto es mío”. La mala dirigencia política, con este ‘engendro filosófico’ -el socialismo del siglo XXI- acabó y destruyó ese hermoso y voyante país. Y con todo lo que hemos visto y vivido en estos últimos tiempos a eso mismo estamos llegando y que no vengan a decir que todo es en aras de la igualdad porque vemos que el subempleo aumentó y, por tanto, hay más pobres.
Los de la clase media ya no damos más con tanto impuesto y el ansia insaciable del Gobierno de “meter la mano a los bolsillos” de la gente; ¿hasta cuándo? No les basta haber despilfarrado 8 años y tener vida de nuevos ricos a toda la nueva casta de políticos enquistados en el Gobierno y, sin embargo, quieren más y más. Estamos llegando al límite y el rato menos pensado habrá un estallido social. La ciudadanía sale a protestar por tanto abuso y el Gobierno enseguida arma sus contramarchas con gente traída de afuera, con los empleados públicos a obligados a ir a las manifestaciones tomándoles lista. Quisiera ver cuántos de esos empleados están de acuerdo y cuántos no y, ¿si no fuera por la obligación y el deseo de cuidar su trabajo y, por ende, el sustento económico de su familia el “multitudinario apoyo al Gobierno” con cuánta gente quedaría? Serían cuatro pelagatos .