“Estoy confiando este manuscrito al espacio, no con la intención de salvarme, pero de ayudar, posiblemente, de impedir el horrible azote que amenaza a la raza humana”. Así inicia la novela de Pierre Boulle (1963), titulada “El Planeta de los Simios”.
Situada en el año 2500, cuenta las desventuras del periodista Ulysse Mérou; quien en su viaje de exploración a la estrella Beetlegeuse, hallaría una civilización dominada por las otras tres especies de simios, el gorila, orangután y chimpancé. En este planeta los humanos son fauna silvestre y sujetos de experimentación, no poseen capacidad del habla y razonamiento complejo. La civilización imaginada por Boulle se divide en tres castas, los gorilas son la clase militar, los orangutanes acaparan el poder político y religioso, mientras que los chimpancés son responsables del avance científico y técnico.
La obra de Boulle es una sátira sobre la sociedad humana, expone a los falsos científicos (los orangutanes), quienes, dedicados a enriquecerse y monopolizar influencias, dirigen a la sociedad hacia el estancamiento del progreso y la ciencia.
Con manipulación, falso prestigio, amenazas y la promoción de sistemas de educación fallidos, los orangutanes arrastran su civilización hacia el atraso, del cual los chimpancés intentan salvarla. La historia de Boulle permanece vigente. David Ulin, en su columna para Los Angeles Times de julio 2014, sugiere que la novela de Boulle nos recuerda que la vanidad nos separa de la naturaleza y que su maltrato eventualmente resultará en nuestra propia destrucción.