Somos testigos de situaciones dolorosas como la de Noruega días atrás; y, ¿nuestro país es acaso una isla de paz?
No hay día que no tengamos tiroteos, muertes violentas, asaltos, robos y secuestros. Somos los pobres contagiados de males mundiales o somos generadores de situaciones negativas. Qué da lugar a ese indeseable derrotero, acaso nos hace bien diferenciarnos entre ecuatorianos pelucones y pobres.
Abrir brechas para producir más diferencias, tratarnos como cultivos de gérmenes para encontrar antídotos o generalizaciones torcidas como la de que tener algo es malo; pero, como lo obtuvo no cuenta si trabajaron tres generaciones para dar a un nieto una situación mejor que la que vivió un abuelo. Basta de querer hacernos pensar que el que tiene es ladrón. Propiciemos unión no enfrentamientos.