Permanencia en el poder

Las prolongadas permanencias en el poder de varios de los presidentes latinoamericanos ha sido una constante en los últimos años. La falta de alternancia que ha habido, ha tenido efectos muy negativos y perjudiciales para esos países, porque los políticos suelen caer fácilmente en la corrupción junto con sus allegados. La cultura de largos períodos presidenciales continúa hasta ahora; y son, fundamentalmente, los presidentes de extrema izquierda quienes ansían y persisten en querer permanecer en el poder por muchos años más de los que ya han gobernado. Hugo Chávez, por ejemplo, fue reelegido en Venezuela en el 2006 para un nuevo período de seis años más, tras el cual debía abandonar el poder; pero, a comienzos del 2009 sometió a consulta popular, y consiguió que aquello se apruebe. Junto con Chávez, también han emprendido en reformas a la carta magna, aunque por un solo período consecutivo adicional -eso por lo pronto-; y son ellos: Evo Morales en Bolivia, y por cierto, el presidente Rafael Correa, quien, según parece y conforme van las cosas en el país, también tiene entre ceja y ceja, la malhadada intención de continuar en el poder por unos “contados” añitos más. Hay políticos y gente sensata que advierte claramente sobre la inconveniencia y el peligro que presuponen los mandatos prolongados, porque vienen a ser el caldo de cultivo de camarillas que se vuelven adictas al poder, y que, lo único que buscan, es lograr canonjías y ventajas burocráticas y económicas por vías alejadas de la ética, que van en perjuicio y detrimento del país.

Suplementos digitales