Decretado el perdón a favor de El Universo, resta ahora que el presidente Correa les pida perdón a los demócratas del Ecuador y del mundo, por el ataque aleve y sistemático del régimen en contra de la libertad de expresión.
Queda claro que esta decisión, lejos de acto magnánimo y de conciencia, se precipita luego del repudio mundial que generaron las prácticas antidemocráticas de Correa.
Es imperativo también culminar las investigaciones respecto a las graves irregularidades denunciadas respecto al proceso, la supuesta fabricación de la sentencia en el despacho de los abogados acusadores y el intento de soborno a una Magistrada, hechos en conocimiento de la Fiscalía y la CIDH.