En relación con el artículo de opinión escrito por Julio Echeverría, publicado en EL COMERCIO, llama la atención encontrar afirmaciones equívocas, que no tienen sustento empírico.
Los grandes avances en materia de inclusión y equidad social en el país son reconocidos, no solamente por el ciudadano común, que siente el mejoramiento en sus condiciones de vida, sino también a nivel internacional. El Ecuador es hoy un referente importante por sus logros en materia económica y social.
Somos el país de América Latina que más rápidamente ha logrado disminuir la desigualdad. Esto no lo dice el Gobierno nacional, sino la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) en su informe “Panorama Social 2012”.
Sin datos que lo sustenten, Julio Echeverría asegura que la inversión pública “no ha logrado revertir la concentración de servicios y oportunidades cognitivas y laborales en las grandes ciudades”, y que ha aumentado “la desigualdad territorial y la ampliación de brechas de pobreza e indigencia”.
Veamos cómo algunos datos importantes de las estadísticas nacionales muestran totalmente lo contrario.
En el período 2007-2012, las cifras revelan que la reducción de la pobreza por ingresos, en el ámbito nacional, fue de 9,43 puntos porcentuales, y de 5,27 puntos porcentuales para la extrema pobreza. De manera adicional, cosa que no es muy usual que suceda, el coeficiente de Gini, que permite medir la desigualdad, disminuyó en 7,4 puntos en el mismo período.
Contrario al criterio del editorialista, la brecha entre los pobres se acorta de manera apreciable entre los residentes del área urbana y rural. En diciembre de 2007, la brecha medida por área de residencia fue de 37,02 puntos porcentuales, mientras que a diciembre de 2012 la brecha cae a 23,93 puntos porcentuales. El ritmo con el cual la incidencia de la pobreza se reduce es más agresivo en el área rural que en el área urbana. A diciembre de 2007, la incidencia de la pobreza rural fue de 61,34%, mientras que a diciembre de 2012 se ubicó en 49,07%; es decir, existe una reducción de 12,27 puntos porcentuales. Si se hace el mismo ejercicio para el área urbana, la reducción es de 8,19 puntos porcentuales.
Para reafirmar que la supuesta precarización de las condiciones sociales no pasa de ser una especulación, podemos indicar que el desempleo se ubica actualmente en el 4% y la ocupación plena aumentó del 43% al 52% en los seis años de Revolución Ciudadana. Y no solo que aumentó el empleo, sino que ahora los ecuatorianos cuentan con mejores condiciones laborales, lo que se refleja, entre otras cosas, en el incremento de la población económicamente activa afiliada a la seguridad social, que pasó del 25% en 2007, a 41% en 2012.
La equidad territorial ha sido uno de nuestros pilares, lo que ha permitido un acercamiento del Estado y los servicios públicos a la ciudadanía. Entre 2007 y 2012 se duplicaron las transferencias de recursos del Presupuesto General del Estado a los gobiernos autónomos descentralizados. La descentralización y la desconcentración son los mecanismos más efectivos para acercar los servicios a la ciudadanía, mejorar mecanismos de control social y generar equilibrio territorial, reduciendo las brechas y las desigualdades socioeconómicas.
Un reciente estudio sobre la pobreza y desigualdad en el Ecuador, realizado por el académico Carlos Larrea, docente de la Universidad Andina Simón Bolívar y autoridad académica en la materia, demuestra claramente que en el Ecuador estamos viviendo un cambio social inclusivo que combina reducción de pobreza, disminución de desigualdad y aumento del consumo por habitante. En períodos anteriores, este tipo de cambio social era inexistente.