Grave error de las autoridades municipales, el autorizar la Parada Militar el día 24 de mayo, para recordar la fecha y por supuesto su importancia cuando la jornada de descanso se trasladó para el 25, pues para miles de quiteños, esa jornada de patriotismo y civismo nos retrasó en actividades de estudio, de trabajo, en fin, actividades propias de cada persona. No se consideraba que además del congestionamiento propio de tráfico iba a existir uno adicional por la Parada Militar. Está bien que se realicen estas manifestaciones para recordar fechas como el 24 de Mayo de 1822, pero por favor recordemos el principio básico de convivencia: “Mi libertad se acaba donde comienza la tuya”. La libertad de los organizadores de la Parada Militar se acabó cuando se inició el perjuicio a los demás habitantes de Quito que salieron normalmente a sus trabajos y llegaron con retrasos, algunos fueron multados, otros tuvimos mejor suerte, pero la pérdida de tiempo no la recupera nadie.