Es claro que Quito necesita una visión y plan de tránsito y transporte público, y que es una tarea ardua que requiere de mucha planeación. Asimismo, se requiere tanto de soluciones rápidas, como otras de más largo alcance para ser estudiadas y bien ejecutadas.
Sin embargo, como vecino de Quito protesto que se quiera llevar adelante una obra tan grande y costosa como el Metro, sin difundir con claridad en un foro público con los vecinos, lo que reclaman otros lectores (Lenin Oña, Rolando Moya), como el estudio de la Unesco sobre la estación en la plaza San Francisco de Quito. Y ahora, por artículo de prensa del 11 de diciembre leemos, con suma preocupación, que las piedras de la plaza serán levantadas, guardadas y luego vueltas a colocar. ¿Cómo permite nuestro Alcalde este atentado a nuestra herencia patrimonial, desarmando una de las plazas más emblemáticas de nuestra América?
Como vecino conmino tener más información sobre qué riesgos corre nuestra ciudad antigua, primera ciudad declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco, con esta obra. Exijo tener más información sobre la opinión de la Unesco sobre los riesgos que incurriría nuestro casco colonial. Reclamo que se haga público los estudios de suelo y geológicos que se han hecho, y a qué profundidad de la superficie se los ha hecho.
Demando un debate sobre las alternativas planteadas por el exalcalde de Quito, Arq. Sixto Durán-Ballén, sobre paradas en la avenida 24 de Mayo y la Plaza del Teatro. Y sobre todo, exhorto a que, lo que tanto esfuerzo tomó al Arq. Rodrigo Pallares y la Cancillería lograr que en 1978 se declare como Patrimonio Cultural del Mundo, se lo proteja como nuestra herencia para nuestros hijos.