¡Cuánto nos duele la muerte de tanta gente inocente, víctima de la pandemia que a la humanidad azota! ¡Cómo nos rompe el alma! recibir tristes las noticias, de personas conocidas o amigos que se van de pronto. ¡Qué desgarrador momento! saber que, entre esa gente, hay algún ser querido de nuestra propia familia. A todos nos llega la hora de dejar este mundo; sin embargo, ¡Qué impotencia! que sea por coronavirus. Ésta espantosa pandemia que va apagando vidas, debe ya irse del mundo; que Dios tenga misericordia. Si hay gladiadores héroes que contra el virus luchan, son médicos y enfermeras y personal de hospitales. Ellos combaten a diario con los medios que tengan; y fieles a su juramento arriesgan sus vidas por otras.
Hoy un héroe más entre ellos, contagiado de la pandemia, en su campo de batalla ha caído por amor a sus prójimos. Cuenca de luto amanece, a uno de sus hijos pierde, al Doctor Carlos Rodas Pacheco que ha partido de la Atenas. Nuestros corazones rotos por este dolor sin nombre, conmovidas las almas rogando a Dios consuelo. ¡Cuánto nos duele la muerte ¡Cómo nos rompe el alma! ¡Qué desgarrador momento! Perder a un médico en batalla.