Parte mortuorio

Ante el sensible fallecimiento de la Vergüenza, sus deudos cumplen con el penoso deber de comunicar que su sepelio se realizó en la intimidad familiar. Acabó sus días sintiéndose inútil, inservible y en amarga depresión. Los mentirosos, los hipócritas, los infieles, los ambiguos, los necios, los homicidas, los ladrones, los necios, los que practican la injusticia, algunos políticos y demás familiares y amigos de lo ajeno estuvieron presentes en la inhumación. Todos la extrañaremos por el fuerte tirón de oreja que atizaba a quien algún yerro cometía, y de rojo su cara teñía.

Sus allegados: Desvergüenza, Descaro y ­Cinismo se ocuparán de hoy en adelante de las asuntos antes encomendados a la occisa. Paz en su tumba.

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