¿Parecidos o no?

Al paso que vamos, la gente de nuestro querido Ecuador, cada vez más se va asemejando a la población de un estado de los EE.UU. de Norteamérica.

Dolarizados, con una economía en crecimiento permanente; consumismo a un nivel muy pero muy preocupante; nuevas leyes que prohíben y restringen muchas actividades de tipo social de antaño que permitían la unión de los ciudadanos; promoción de conciertos de música rock de grupos extranjeros en su mayoría; contaminación industrial al mas alto nivel, etc..

El escenario del mundo desarrollado es muy perjudicial para la convivencia comunitaria ya que se pierden los lazos afectivos familiares y sociales que antes disfrutábamos; cada quien camina por el sendero materialista más conveniente a sus intereses.

Ejemplos sencillos de estas consecuencias son adultos, jóvenes y niños, absortos con sus aparatos electrónicos comunicándose con sus amistades, sin respeto de quienes les rodean; los intolerantes enojados porque no están de acuerdo con sus ideas y acciones, etc..

Y, sin embargo, nuestros gobernantes de turno despotrican contra la forma de vida de la nación del norte; ¿quién entiende esto?

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