El respeto al ser humano es casi inexistente en la mentalidad de las autoridades municipales. ¿Cómo se puede entender que se permita que los choferes de buses de transporte público paren y descarguen pasajeros en cualquier lugar, sin estudiar los riesgos que eso implica? Por ejemplo, en la avenida Simón Bolívar a la altura de la bifurcación que, luego del intercambiador con la Vía Interoceánica, hacia el Norte, permite ir al Norte o entrar a Quito por la Av. de Los Granados. En ese lugar, poco a poco se va incrementando la costumbre de los conductores de buses que entran a Quito de dejar pasajeros. Estos pasajeros entonces cruzan la rampa de interconexión entre los dos tramos de la Simón Bolívar, con el riesgo inminente de atropello, pues los vehículos se desplazan entre 70 y 90 kilómetros por hora, o entre 20 y 25 metros por segundo. Dirán que no es algo que se ha autorizado, cierto.
Pero yo pregunto: ¿la autoridad responsable no está obligada a prohibir semejante barbaridad? ¿No se puede organizar la ruta de los buses para que satisfaga las mayores demandas de forma segura y eficiente? ¿Quién es el que no hace su trabajo?