Menos papeleo, más productividad

El Ecuador tiene uno de los índices de productividad más bajos de Latinoamérica. Nuestra producción no es competitiva en nuestro mercado regional. La tramitología espesa y el afán de controlar y “modernizar” todo a la vez y “de la noche a la mañana”, están provocando una reacción que en lugar de motivarnos a buscar la excelencia en lo que hacemos para ganarnos la vida, hemos empezado a conformarnos y nos hemos dedicado a generar papeles, reportes, formularios, y obviedades por escrito, que unidos al tráfico “roban” nuestro tiempo productivo y no nos dejan energías para pensar en la innovación de productos y servicios como nos recetan los sabios administradores del Estado o pensar en darle valor agregado importante a alguno de nuestros recursos o materias primas.

A este panorama hay que añadir la pereza institucional para mantener un país en marcha las 24 horas del día durante los 365 días del año. Nos pasamos de feriado a festejo cual país del primer mundo.

Hace tiempo nos engañaron oficialmente que los cheques depositados en una cuenta bancaria iban a ser tramitados en pocas y horas y efectivizados de inmediato. Eso no ha ocurrido jamás, y por ejemplo, un cheque depositado el jueves 1 de marzo del 2019, solo podrá ser efectivizado al medio día o en la tarde del 6 de marzo, si todo está correcto y verificado. Los bancos ganan buenos intereses en todos los feriados, vacaciones y fiestas de guardar, los cuentacorrentistas a esperar y posponer obligaciones. Nos han engañado diciéndonos que se acabó la tramitología llena de copias a color, documentos notariados, etc.; eso no ha ocurrido y por el contrario, es cada día más espesa y costosa. Un simple contrato entre personas o empresas no es válido si no se demuestra ante un Notario que nuestras firmas “son nuestras”.

Ante esta situación apremiante, hago mi llamado de auxilio al señor Presidente de la República para que en su calidad de mandatario reduzca al mínimo necesario, vía leyes o decretos, la redundante tramitología estatal y municipal con ayuda de tecnologías informáticas eficaces y de buena calidad; y que las entidades de control y financieras se obliguen a colaborar y ayudar a los emprendedores con actitud positiva y mayor profesionalismo.